domingo, 26 de septiembre de 2021

A 61 años de la partida de Raúl Porras Barrenechea

El día que murió una mente brillante



Por Rocio Hilario*

Su frágil corazón, víctima de varios preinfartos, no soportó más. Eran las 10 de la noche de aquel martes 27 de setiembre de 1960, cuando un infarto fulminante segó la vida de Raúl Porras Barrenechea, educador, historiador, político y diplomático con una mente brillante.

Murió en su dormitorio, en calle Colina 398, Miraflores, hoy Casa Museo e Instituto que lleva su nombre, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dejando inconclusa una vida, muchos amigos, discípulos y claro, proyectos pendientes.



Murió rodeado de sus libros, que amó tanto y legó a la Biblioteca Nacional. Esa noche un dolor muy fuerte en el pecho lo tumbó a la cama, mientras se la apretaba tratando de parar el dolor. El valet que lo cuidaba más de 30 años, Julio Acosta López, al ver la escena, salió a pedir ayuda, pero al regresar sólo comprobó su muerte y le cerró los ojos. Raúl Porras había muerto.

La noticia conmocionó tanto a sus amigos y familiares, quienes prestos vinieron a verlo, no podrían creer que su maestro y amigo se hubiera ido, que ya no estaría con ellos. No lo pensaron dos veces y propusieron hacerle una máscara mortuoria, que aún permanece en la Casa Museo, junto a una muestra fotográfica permanente de su vida y obra. 

“Lo velaron todo el miércoles 28 de setiembre en esta casa y, al día siguiente, su cuerpo fue trasladado, luego de varias paradas, entre ellas a la Universidad de San Marcos, donde enseñó más de 40 años, al Senado, donde lo esperaba una capilla ardiente, y luego, enrumbó al palacio Torre Tagle, donde dieron sendos discursos de orden los representantes del parlamento. Pablo Macera, uno de sus discípulos predilectos, con su voz quebrada entre sollozos, hizo el discurso más brillante y emotivo de despedida a Raúl Porras Barrenechea. Entre la multitud que escuchaba el discurso se encontraban la viuda de César Vallejo, las hijas de Ricardo Palma, José Gálvez. Después de su muerte, en homenaje al maestro se creó un Fondo editorial Porras en la Cámara Alta del Senado, el presidente de ese momento, Manuel Prado Ugarteche declaró duelo para la cultura, y se izaron las banderas a media asta, en las instituciones públicas y privadas a modo de despedida, además de dos condecoraciones póstumas, una de ellas las Palmas Magisteriales del Perú, en el grado de primera orden. Es todo lo que se llevó Raúl Porras Barrenechea”, recordaba de memoria el episodio de la muerte de Porras, el Dr. Jorge Puccinelli Converso, en las reuniones que teníamos en el Instituto, después de cada homenaje a su maestro.

Su ataúd fue llevado a su última morada: El cementerio Presbítero Maestro, Cripta de los héroes, cuartel “San Oscar”, donde llegó antes de las once de la mañana del 29 de setiembre en hombros de representantes de la cancillería, alumnos de San Marcos y de la Academia Diplomática.  Donde luego de entonar el Himno Nacional, el Dr. Jorge Puccinelli Converso, con mano temblorosa escribió en la tapa del nicho: "Raúl Porras Barrenechea-27 de setiembre de 1960".

     

Jorge Puccinelli Converso, discípulo de Raúl Porras, colocando flores en la tumba del maestro  (23 de marzo del 2009).

Han pasado 61 años de esa perdida y aún nos duele su partida. Digo duele pues cuando uno empieza a conocerlo a través de sus escritos, pero sobre todo a través de los recuerdos de sus discípulos, uno siente la perdida como propia.

El último adiós a Porras. En nombre del Gobierno de turno, el canciller interino Dr. Luis Alvarado Garrido 
rinde homenaje por la muerte prematura de Raúl Porras Barreneche. Cortesía Fuente Diario El Peruano.

Se fue entre dicterios, de personas mezquinas cuyos nombres no serán recordados ahora, pero no mantengamos el olvido latente de un alma ejemplar como Raúl Porras Barrenechea, quien con sus virtudes y falencias solo tuvo una razón de vida: amar a su país tanto que deseaba conocer y enseñar su historia, para de ahí vislumbrar nuestro porvenir como país libre e independiente. Pese a que era consciente de su dolencia, Porras vivó intensamente nuestra historia, pues el Perú era su pasión.


*Coordinadora del Instituto Raúl Porras Barrenechea

Universidad Nacional Mayor de San Marcos


Fuente:  Diario La Prensa, 29 y 30 de septiembre de 1960 y ABC de España del 29 de setiembre del 1960.

Foto3: Archivo Histórico del Diario Oficial El Peruano, 29 setiembre de 1960


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