lunes, 7 de enero de 2013

SEMBLANZA DE JORGE PUCCINELLI


“Nos recibía, como cada tarde, en el comedor de su casa en la calle Colina, y allí estaba la señora Juanita, su madre, deleitándonos con una exquisitas tostadas de chancay”. Así recordaba el Dr. Jorge Puccinelli al excelso maestro Raúl Porras Barrenechea. Y es que ese fue siempre el modelo de compartir la enseñanza y la investigación literaria: departir con el calor familiar al lado de amigos y discípulos. El Dr. Puccinelli mantenía ese mismo espíritu acogedor y la plena convicción de que un maestro comparte todo cuanto conoce para modelar en sus discípulos sus mayores virtudes.

En las calles contiguas a la vieja Casona de San Marcos, y cerca del antiguo Coliseo de Gallos, se dejaba respirar, aún en la década de 1920, ese halo intelectual y apasionado amor a los libros. Fue allí donde don Jorge aprendió las primeras letras, camino hacia la escuela, y guiado por callecitas estrechas y balcones republicanos. Y fue ya en esos años que estrechó sus primeros vínculos con la futura vida universitaria, a la que consagró sus mejores momentos de auténtica labor intelectual.

Pero lo que dejaría un indeleble impacto fue oír las entusiastas clases que su querido maestro Porras desarrolladas en el Colegio Antonio Raimondi. Sentado en el pupitre o recorriendo el aula por entre las carpetas, el recordado profesor de historia explicaba los episodios de la conquista y los años de la colonia con tal precisión y soltura que los alumnos no dejaban de seguir las palabras que emanaban de tan alturada voz. Jorge Puccinelli rememoraba la carta que escribieran los estudiantes del Colegio Raimondi al profesor Porras cuando éste debió ausentarse por unos años, pues debía cumplir un compromiso diplomático en el Brasil.

Por fortuna, sin embargo, los años universitarios no fueron menos auspiciosos. Don Jorge tuvo como excelsos docentes a Mariano Iberico, Luis Valcárcel, Luis Alberto Sánchez, José Gálvez Barrenechea y Jorge Basadre. Fue este último quien le solicitó que trabajara a su lado en la Biblioteca Central de la Universidad y le propuso escribir el prólogo a la segunda edición de su libro Perú: problema y posibilidad. Si bien esos fueron años álgidos y de revueltas estudiantiles, por lo cual debio culminar sus  estudios de Letras en la Universidad Católica, pues su alma máter siempre fue San Marcos.

Siendo ya profesor, se reencuentra con su antiguo maestro, el Dr. Raúl Porras Barrenechea, quien no dejó de brindarle el impulso necesario en sus diferentes actividades académicas, como secretario de redacción de la revista Mercurio Peruano (1939-1950) y fundador de Letras Peruanas (1951-1963); labor que complementó satisfactoriamente con el periodismo cuando en el diario La Prensa (1940-1946) fundara y dirigiera la Página del Libro, ágil suplemento literario que le valiera el Premio Nacional de Periodismo “Antonio Miró Quesada” en la categoría género periodístico por sus ensayos artículos y notas críticas  (1946).

No obstante, su mejor condecoración fue su labor docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, ejercida entre 1949 y 1990, donde asumió inicialmente la cátedra de Literatura Contemporánea y la dirección de un seminario de Literatura Peruana. Fue elegido  decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas (1961-1964), correspondiéndole trasladar la facultad a su nuevo local de la Ciudad Universitaria, y luego, jefe del Departamento Académico de Literatura (1981-1983). Más tarde, en su alma máter, desempeñó la dirección de la Biblioteca Central (1952-1961).

A lo largo de su vida, el Dr. Puccinelli recibió constantes galardones que dicen mucho de su itinerario académico y de su notable desempeño en las aulas universitarias, como el Javier Prado por su libro Historia de la Literatura (1946); el “Antonio Miró Quesada” por sus ensayos, artículos y notas críticas (1946); y el “Toribio Rodríguez de Mendoza” por su trabajo Introducción a los estudios literarios (1952); la  “Medalla de Honor Sanmarquina”, por su trayectoria académica y profesional (2009); la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos en el grado de Gran Oficial, otorgada por el Ministerio de Relaciones Exteriores (2011); la Medalla Cívica Municipal otorgada por la Municipalidad de Miraflores, como aprecio a su notable labor educativa, humana y cívica en beneficio de la comunidad (2011). Además, se hizo merecedor de las Palmas Académicas en el grado de Amauta, el reconocimiento del gobierno de Italia y del municipio de Viña del Mar, y una biblioteca, la del Colegio Antonio Raimondi, lleva su nombre.

Y, como su vocación de servicio a la cultura y a los valores de la Nación no tenía para él límite alguno, asumió el compromiso cívico de mantener y desarrollar el recuerdo al Dr. Raúl Porras Barrenechea, por lo cual propuso la creación y asumió la dirección, ad honorem, del Instituto que lleva el nombre de este insigne maestro, desde la fundación en 1964 hasta el 18 de octubre de 2012, en que partió dejando sus enseñanzas, su ejemplo de vida: entregado a la intelectualidad y a la sabiduría, y el compromiso de compartir el conocimiento  con quien lo necesite, a fin de tener la esperanza de saber mostrarlas ante la sociedad para formar ciudadanos honestos, serviciales y constructivos.

1 comentario:

  1. pARA MI PERSONA ES UNA GRATA OPORTUNIDAD REFERIRME AL "PROFESOR" JORGE PUCCINELLI YA QUE TUVE LA OPORTUNIDAD DE SEGUIR, CUANDO ERA ESTUDIANTE DE SECUNDARIA) EL CURSO DE LITERATURA CON SUS DOS MAGISTRALES LIBROS. EN 4TO AÑO SOBRE LITERATURA ESPAÑOLA Y EN 5TO. AÑO SOBRE LITERATURA PERUANA. OJALÁ QUE EN ALGÚN MOMENTO VOLVIERAN A REIMPRIMIRLOS PORQUE CONSTITUYEN VERDADERAS JOYAS PARA EL APENDIZAJE DE LOS QUE SE INICIAN EN EL CONOCIMIENTO DE LA LITERATURA. ATTE. DAVID LEDESMA CALDERÓN ABOGADO. dcledesmac@hotmail.com

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